Las retiradas de determinadas piezas de automóviles y otros vehículos de motor son importantes y suelen ser noticia. En los últimos años, ha habido numerosos casos y cobertura nacional sobre problemas con neumáticos, interruptores de encendido e incluso frenos defectuosos. Sin embargo, otro producto relacionado con los vehículos que es propenso a las retiradas es asientos de seguridad para niños. La NHTSA calcula que a lo largo de los años se han retirado del mercado unos 42 millones de sillas de seguridad para niños.
Cuando un padre compra un asiento de seguridad para niños, debe registrarlo con el fabricante. El registro del producto permite al fabricante ponerse en contacto con el propietario si tiene conocimiento de algún defecto en el asiento de seguridad. Además, en algunos casos, el fabricante puede tener la obligación de notificarlo al público por otros medios, como la publicidad.
No hay nada más valioso que la vida de un niño pequeño, por eso los padres hacen todo lo que pueden para proteger a sus hijos. Los asientos de seguridad para niños son una pieza importante del equipamiento de cualquier padre que lleve a su hijo pequeño en su vehículo. Por ello, es imperativo que el asiento de seguridad esté diseñado y fabricado adecuadamente para proporcionar la mayor protección posible al niño, sin ponerlo en peligro en modo alguno.
Cualquier padre que esté preocupado por un posible defecto de diseño con su asiento de seguridad infantil pueden ponerse en contacto con el fabricante o con la NHTSA para obtener más información sobre las retiradas conocidas. Al igual que ocurre con otros productos inseguros, un fabricante negligente puede ser responsable de las lesiones derivadas de un asiento infantil peligroso.
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