El público confía en los servicios de emergencia cuando ocurren cosas malas, pero eso no significa necesariamente que sean infalibles. A víctimas mortales por conducir ebrio en el condado de Yuba subraya el hecho de que las personas que se juegan la vida cada día pueden ser tan falibles como aquellos a quienes ayudan.
El 15 de noviembre de 2013, varios bomberos del Bosque Nacional de Tahoe asistieron a una fiesta. Alrededor de las 12:30 de la mañana, un bombero de 32 años abandonó la fiesta para caminar varios kilómetros de vuelta a su cuartel. Unos 30 minutos después, un bombero de 26 años se puso al volante de su coche con seis miembros de su equipo como pasajeros.
Al parecer, cuando el bombero se alejaba, se encontró con una camioneta que circulaba en dirección contraria y encendía las luces. El conductor de la camioneta habría visto que el bombero de 32 años estaba tendido en la calzada. Se cree que el conductor, de 26 años, siguió conduciendo sin frenar ni cambiar de dirección y atropelló al hombre, que murió a consecuencia de las heridas.
Uno de los pasajeros llamó al 911 para informar de que había un cadáver en la carretera. Otros dos pasajeros volvieron al lugar de los hechos para ver qué había ocurrido.
Las fuerzas del orden entrevistaron al bombero que conducía el coche, y su tasa de alcoholemia dio 0,20%. También admitió haber atropellado al hombre y haber bebido durante la fiesta. En total, se le acusa de atropello y fuga, dos cargos de DUI con lesiones y homicidio vehicular.
Queda por ver si la familia del bombero fallecido emprenderá acciones legales ante los tribunales civiles.
Fuente: Appeal-Democrat, "Un bombero comparece emocionado ante el tribunal," Monica Vaughan, 24 de mayo de 2014.
Fuente: Appeal-Democrat, "Cargos por delito grave en la muerte de un bombero", Harold Kruger, 3 de mayo de 2014.