Imagínese el horror de recibir la llamada de que su hijo ha muerto. Imagina que avisas a tus familiares y amigos, lloras la pérdida y celebras el funeral. Once días después del funeral $20.000 recibes una llamada en la que te dicen que tu hijo no ha muerto.
¿Podría ocurrir? Pues sí.
Una familia del condado de Orange recibió una llamada en la que se le comunicaba que su querido hijo había sido encontrado muerto en el exterior de una tienda de telefonía móvil en Fountain Valley. El hijo, Frank Kerrigan junior, tenía 57 años. Sufría una enfermedad mental y había estado sin hogar. La familia intentó identificar el cuerpo, pero debido al estado en que se encontraba era difícil determinar si se trataba o no de Frank.
Se dijo a la familia que el cadáver había sido identificado gracias a las huellas dactilares. Sin embargo, no fue así. La identificación se hizo mediante una foto antigua del Departamento de Vehículos de Motor.
La familia, comprensiblemente conmocionada, intenta comprender por qué y cómo pudo cometerse un error tan atroz. "No se le dio la dignidad y la diligencia debidas en el proceso que se daría a un ciudadano normal del condado de Orange", declaró Carol Meikle, hermana de Frank, en una entrevista.
Easton & Easton, LLP ha sido contratado para responsabilizar a las partes negligentes. Ver la cobertura informativa de esta noticia.
EN