Según un nuevo estudio publicado en el Journal of Studies on Alcohol and Drugs, puede haber una razón detrás de la falta de iniciativa tanto a nivel local como federal para aprobar leyes más estrictas sobre la conducción bajo los efectos del alcohol: los certificados de defunción.

El estudio

Los investigadores analizaron los certificados de defunción estadounidenses de individuos que perecieron en accidentes de tráfico durante el periodo de 10 años comprendido entre 1999 y 2009 y descubrió algunas revelaciones sorprendentes.

Del total de muertes por accidente de tráfico examinadas, sólo el 3% de los certificados de defunción indicaban que el alcohol había influido en el fallecimiento. Sin embargo, los investigadores compararon estos datos con los del Sistema de Informes de Análisis de Fallecimientos de la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en Carretera (FARS, por sus siglas en inglés), una base de datos federal que contiene información sobre los accidentes mortales de tráfico ocurridos en los 50 estados, y descubrieron una gran discrepancia. Según el FARS, en el 21% de los accidentes mortales había alcohol de por medio, una cifra muy superior a la de los certificados de defunción.

Entonces, ¿por qué hay una diferencia tan grande entre lo que se documenta en el certificado de defunción y lo que se indica en el sistema de notificación de muertes?

Posible razón de la discrepancia

Los investigadores del estudio señalan una posible razón. Los certificados de defunción suelen expedirse en un plazo de 4 días tras el fallecimiento; la obtención de los resultados de las pruebas de alcoholemia puede tardar una semana o más.

Lamentablemente, afirman, a pesar de los nuevos avances tecnológicos y del "creciente reconocimiento del consumo de alcohol como un importante factor de riesgo para la salud pública", la tramitación de los certificados de defunción cuando se trata de muertes relacionadas con el alcohol sigue estancada.

El problema

Según Ralph Hingson, del Instituto Nacional sobre el Abuso del Alcohol y el Alcoholismo de EE.UU., la brecha revelada por el estudio desempeña un papel importante en la lucha contra el alcoholismo. accidentes por conducir ebrio.

A menudo se introducen y aprueban leyes a raíz de los datos. Sin información precisa sobre las muertes por accidentes de tráfico relacionados con el alcohol, es posible que las autoridades no perciban un verdadero problema y se abstengan de aprobar leyes serias. conducir ebrio leyes.

Un ejemplo de ello es la campaña de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte para reducir el límite legal de alcoholemia de 0,08 a 0,05. La Junta ha animado a los estados a adoptar un límite de alcoholemia más bajo debido a la fuerte correlación entre las muertes en accidentes de tráfico y el alcohol, pero sin éxito.

Según Hingson, una percepción distorsionada del número real de víctimas mortales de accidentes de tráfico relacionados con el alcohol en una zona o comunidad local puede explicar por qué los legisladores locales han decidido no aceptar la propuesta de la NTSB.

Recomendación

Necesitamos saber qué contribuye a la principal causa de muerte entre los jóvenes. [Queremos saber cuál es la magnitud del problema y si podemos seguirle la pista", afirmó Hingson.

Hingsman recomienda que "los gobiernos federal y estatales sigan animando o quizá empiecen a exigir a los certificadores de defunción que informen de la implicación del alcohol cuando contribuya a la muerte."